martes, 17 de mayo de 2011

Dimireflexiones

Hoy pasé un día de mierda.
Pero de esos días que no son más de mierda porque le faltan horas. Al cabo de una siesta importante de tres horitas, me levanté y me sentía en el mismísimo infierno.
Ese dolor de cabeza porque lloraste casi dos horas y te acostaste llorando, es uno de los peores que tuve. Y llorar porque te lastimaron DE VERDAD. Porque te lastimó una persona a la que le confiarías tu vida. Porque cuando este tipo de personas te lastima, te quedas indefenso, vacío y sin saber que hacer o que decir.

Hoy me lastimó mi madre. Esa persona de la que nunca me podría haber esperado esto.
Pero resulta que sus problemas con su ex marido, o sea mi padre, sus problemas de celos frente a mi “familia política” y sus problemas para comunicarse, la llevaron a decir cosas espantosas. Y además de decir cosas espantosas, me hizo sentir sola frente a problemas bastante importantes para mí.

Tengo 19 años y éste es el primer año en mi vida que me encuentro tomando decisiones “sola” respecto de ella (y digo “sola” porque es sólo de mi familia, ya que cuento con mi pareja que me respalda y me apoya).

Gracias a las redes sociales, la facultad y los pocos amigos que valen la pena, me dí cuenta al levantarme, que NADA es lo suficientemente grave o complicado como para desistir. Que mi vida, y las decisiones que yo tome frente a ella, son cosas que yo voy a tener que afrontar, y cosas que yo solita me voy a tener que bancar. Que siempre se pueden cambiar las cosas o enfrentarlas de otra forma.

Y es así como me encuentro ahora con mi mate y mis puchitos escribiendo acá, parada en mi vida desde otro lugar. Un lugar al que llegué después de decepcionarme de personas que jamás creí que pudiesen lastimarme y dejarme sola. Este lugar es distinto porque aprendí que cuando tu vida depende de las decisiones y del humor de otros, vos no estas manejando las cosas.

Hoy me replanteo el lugar donde me encuentro en mi vida, el qué estoy haciendo yo por gusto propio y si estoy cumpliendo con mis sueños o simplemente los estoy dejando en la almohada al levantarme. Pero por suerte, no es así. Estoy estudiando la carrera universitaria que me fascina, estoy haciendo lo que me gusta de verdad.

Ahora sólo me queda acomodar un poco las cosas más “superficiales” que lamentablemente son las que hacen que pueda o no sentarme a estudiar.

Hay cosas que rescato del día de hoy:

1º) No estoy sola. Tengo a mi lado al hombre con el que quiero compartir el resto de mi vida y él quiere compartir el resto de su vida conmigo. Y este hombre me escucha, me tranquiliza cuando lloro, me ama y se preocupa por mí. Él es quién me despierta todas las mañanas diciéndome que me ama y así logra que yo me levante sonriente frente a cualquier cosa que se pueda atravesar en mi camino.

2º) Aprendí a no dejar que las decisiones relevantes sobre mi vida las tome otro. No importa si me equivoco o si lo hago bien, lo importante es tener mi vida en mis manos, y enfrentarme a las cosas que yo decida. Ya no es momento de reprocharle a nadie por las decisiones que se toman.

3º) Redescubrí el significado de “todo se puede cambiar”. Y lo hice de una forma bastante masoquista. Me puse a pensar en que puede ser lo más “malo” que me podría pasar. Quedarme sin departamento, tener que empezar a trabajar para seguir estudiando sin el apoyo de mis viejos, tener que atrasar la carrera un año hasta que las cosas se acomoden, tener que dejar de cursar en la facultad para volver a vivir en la casa de mi madre y rendir todas las materias libres… NADA de todo esto implica alejarme de mis sueños ni de mis metas, son pequeños delays que se podrían dar, pero ninguna de esas razones es lo suficientemente fuerte como para alejarme de mi camino, el camino que yo elijo vivir. Y todo se puede cambiar. TODO.



…”la vida es demasiado corta como para vivir llorando y demasiado larga como para vivir bajo las órdenes de un tercero”…

Diminutas reflexiones de una diminuta creciendo.
[Diminuta pero con un amor que no cabe en esta galaxia]

16/05/2011

1 comentario:

  1. Ke te voy a decir hermosa, si con tus 19 años ya entendiste ke las crisis son oportunidades, tenés medio camino ganado y el cielo a tu favor. Siempre nos decepcionamos de algo/alguien... especialmente de los padres, a todos o la mayoria en algun momento nos toca despegarnos de los mandatos, pero la verdad es ke uno se decepciona cuando pone expectativas en otras personas sea kien fuera, y nadie está para cumplir las expectativas de nadie, ni vos ni ellos (padres). Y aunke tengamos la dicha de caminar acompañados tenemos la obligacion de hacernos cargo de todo nuestro ser, todo lo importante está dentro... lo de afuera es un reflejo tan solo. Escuché algo hace poco ke decía... "El otro se convierte en nuestro salvador si somos capaces de reconocer ke el otro soy yo mismo".
    Avanti Diminuta, nada puede detenerte. =)

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